Por: Natacha Santiago
En este crucial momento, en que Barack Obama ha sido reelecto en los
comicios de su país para un nuevo
mandato de cuatro años, beneficiado indiscutiblemente con el voto latino, podría en su condición de abogado y como
gesto de apego a la justicia retirar los cargos y poner hoy mismo en libertad a
Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Fernando González y
Ramón Labañino.
Barack Obama promovió en su anterior
campaña electoral que lo llevó a la Presidencia, la idea de ejecutar importantes
cambios (changes) lo que le ganó el voto preferente y que según ha confirmado
en sus declaraciones, por la complejidad de la situación que enfrentó, no pudo cumplir en toda su extensión en el mandato que culmina.
Para facilitar en parte su decisión, repasaremos algunos elementos que demuestran
el carácter irracionalmente desmesurado de las sanciones aplicadas contra
nuestros Cinco compatriotas antiterroristas.
A cada uno de los Cinco se les
aplicó la pena máxima para cada delito sin tener en cuenta ninguna
atenuante. Según la propia ley
norteamericana se sanciona con la máxima cuando el acusado es potencialmente
peligroso, reincidente y agresivo.
En el Caso de nuestros compatriotas
antiterroristas nunca existieron quejas
del jurado, de la jueza ni de la
Fiscalía sobre el comportamiento de ellos en su condición de
acusados, ni se les comprobaron actitudes moral y éticamente inadecuadas
durante el tiempo que residieron como ciudadanos en ese país, según las
declaraciones de los testigos presentados al juicio que contra ellos se
iniciara en el año 2000, después de 26 meses de su detención arbitraria.
Durante el tiempo que medió entre la detención y el
inicio de las vistas correspondientes
nuestros compatriotas sufrieron
un año y 5 meses de confinamiento, con total desprecio y violación de lo
establecido por la ley de Estados Unidos
sobre ese particular.
Durante el amañado proceso no se tuvo
en cuenta para ninguno de los delitos, ni siquiera como atenuante,
el estado de necesidad, que está determinado por la peligrosidad de las
acciones que ellos prevenían con su observación.
Realmente considero una ironía los resultados de la resentencia de Fernando,
Ramón y Antonio, a partir de la decisión de la Corte de Apelaciones de
Atlanta, que estimó desmedidas las
condenas acordadas para tres de los Cinco Héroes en el veredicto que dictara el
jurado en junio de 2001.
Un ejemplo ilustrativo, es el de Fernando González
al que se le imputaron los siguientes cargos: Conspiración para cometer delitos contra
Estados Unidos; Obtención y uso de documentación falsa de identificación, agravada
por dos cargos más por utilización ilegal de cinco o más documentos de
identificación; Agente extranjero no
declarado; agravado por un cargo más por ayudar y persuadir a Antonio a
convertirse en agente extranjero no declarado.
La inocencia
de Fernando, caso que hemos tomado como ejemplo y cuyos argumentos son válidos
para los Cinco, con algunas variaciones en las circunstancias de cada uno de
ellos, puede argumentarse de la
siguiente forma: Con respecto al cargo de Conspiración
para cometer delitos contra Estados Unidos. No existen pruebas directas
que demuestren la comisión del delito de conspiración.
Además es sabido que Fernando tenía la
misión de vigilar y conocer las actividades de un connotado terrorista, Orlando
Bosch, a quien las propias autoridades norteamericanas han conceptualizado como
un enemigo público y que se ha divulgado
que ha reconocido que recaudaba dinero para mandar explosivos y armas a
Cuba, lo cual viola la Ley de
Neutralidad.
En relación al cargo Obtención
y uso de documentación falsa de identificación, no se pudo argumentar
con pruebas el dolo específico o una intención malsana contra el gobierno de
Estados Unidos. No cometió actos delictivos al usar esa documentación
falsa.
Finalmente, en el caso del cargo de Agente
extranjero no declarado, para ser condenado por este estatuto el acusado
tiene que haberse demostrado conocedor
del requisito de registrarse exigido por la ley.
Aunque en general el desconocimiento
de la ley no exime al ciudadano de su cumplimiento, hay casos atípicos en que
algunos acusados han sido exonerados porque el estatuto aplicado no era de
conocimiento común, tal como pasa en este caso.
Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente
de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, al comentar la decisión de las resentencias contra Fernando, Ramòn y Antonio, la calificó de injusta pues a Los Cinco ni siquiera se les pudo
comprobar el cargo de conspiración para cometer espionaje.
Asimismo ha expresado que las autoridades norteamericanas siguen
rehusándose a hacer algo en concreto para poner fin a un proceso amañado
políticamente y que evidencia la falta de credibilidad del Sistema Judicial de
Estados Unidos, lo cual ha sido denunciado por la Comunidad Internacional.
Pienso que un importante asunto
pendiente en la Casa
Blanca es el Caso de los Cinco. En estos momentos el Sr.
Obama podría, siendo consecuente con su
condición de abogado, padre de familia y premio Nobel de la Paz, evidenciar su respeto por la Constitución de los Estados
Unidos tan vilipendiada en este
asunto y hacer valer su facultad como Presidente reelecto de ese
país y la autoridad de que goza, para
suprimir con sólo una firma la injusta y arbitraria decisión que pesa contra los Cinco.
Gesto semejante le granjearía a Obama el respeto de sus conciudadanos honestos y el
agradecimiento de todo el movimiento solidario internacional con el Caso de los
cinco cubanos que se encuentran impedidos de estar con sus familias por más de
14 años.
Ellos, Gerardo, Ramón, Antonio,
Fernando y René sólo pretendieron evitar acciones agresivas de
elementos con base en EE.UU- que han provocado
dolor y muerte a personas inocentes.
Nunca desearon actuar contra el pueblo de
Estados Unidos ni atentar contra la Seguridad Nacional
de ese país lo que quedò demostrado en el juicio que contra ellos se libró.
Mientras ellos guardan prisión, los que
verdaderamente han violado las leyes, los
verdaderos terroristas, siguen impunemente libres por las calles
norteamericanas
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